El Arco Del Puma: ¿”Nacho” o “Mono”?

La #ComunidadFutbolera que sigue la cronología de Club Deportes Antofagasta lo está pasando mal últimamente. Si ya es duro mirar la tabla de posiciones y ver a tu equipo con un aroma a descenso que ni el “Sauvage” de Dior es capaz de perfumar, el debate futbolero se concentra en la calidad el plantel. Mucho/a hincha considera que el descenso es inminente si no llegan refuerzos. Que por mucho cariño a la camiseta con lo que hay no alcanza para soñar con zafar del “Fantasma de la B”.

Y por una parte es cierto. El tiempo se ha encargado de constatar que la plantilla 2022 es probablemente una de las más tristes de la última década. Uno puede atribuirle la responsabilidad a quien contrata, el presidente del club, pero la crítica hacia la gestión no cambia el hecho que muchos jugadores, dentro de sus limitaciones, no demuestran un ápice de progreso.

Sin embargo y curiosamente, en el arco encontramos una competencia que engalana ese déficit de nivel. Un versus entre Ignacio González y Diego Sánchez, que aparece como tema de discusión desde el desayuno hasta el bajón de la medianoche entre aquellos/as que analizan el futuro deportivo del Puma. Un arquero de selección, versus un arquero que fue despedido de su último club por un acto de indisciplina, reconocido en todo el ambiente del fútbol por ser un tipo singular.

Con la llegada de Javier Torrente a la banca como nuevo director técnico, muchos pensaban que el argentino iba a sostener al mejor arquero de la liga chilena 2021. Elegido por SofaScore*, como el mejor arquero de Sudamérica el mismo año; y que además lo eligió como el mejor arquero de la fase de grupos de Copa Sudamericana 2022. [*Compañía de Data Deportiva #1 en Latinoamérica].

“¿Por qué NO juega Nacho?”. “¿Qué pasa que Nacho NO es titular?”. “¿Cómo un jugador con el nivel de Nacho puede estar en la banca o no citado”?. Algunas de las tantas preguntas que leo e incluso me hacen llegar por redes sociales. La respuesta es sencilla. Algo pasa. Y es momento de actualizar a la hinchada con información delicada, pero digna de ser pública por el bien del equipo.

Cierto es que mucha gente allegada a Jorge Sánchez, presidente de Club Deportes Antofagasta, le sugirió no contratar al ex portero de Unión Española, que venía de muy malos antecedentes. Comenzando con su no renovación en el cuadro hispano por haber sido aprendido por Carabineros de Chile tras una persecución por las calles de Santiago que finalmente terminó con un resultado de alcotest revelando un estado profundo de ebriedad. Para muchos, un detalle. Para otros, un precedente. Para la gente que habla de fútbol con “JS”, una luz roja de alarma.

Sin Club y antes de firmar su contrato por el Puma, el “Mono” fue visto días antes por Antofagasta. Primero en el aeropuerto, y luego en algunos lugares populares de la ciudad como restaurantes y clubes nocturnos. Incluso se paseó por el Estadio Calvo y Bascuñán donde a algunos jugadores les negó que iba a firmar por el club de la Perla del Norte excusándose que estaba de visita por asuntos de negocios. Excedido de peso y en pésima forma, se presentó a su primer entrenamiento tres semanas tarde a la pretemporada que comandaba Juan Domingo Tolisano, quien nunca pidió al arquero como refuerzo, que aparte, comenzaba su estadía en el norte con polémica tras emitir comentarios fuera de todo razonamiento al decir que el agua potable de la ciudad “no se puede tomar”. Un verdadero papelón que casi le cuesta una demanda por parte de Aguas Antofagasta.  

Durante la pretemporada, Tolisano y el “gerente deportivo”, Víctor Oyarzún, le habían comunicado a Nicolás Araya a comienzos de enero 2022 que iba a ser el arquero suplente de la temporada. Cosa que a las pocas semanas iba a cambiar drásticamente. Una vez oficializada la llegada del “Mono”, Tolisano en conferencia de prensa señaló que su arquero titular iba a ser Ignacio González. 

Comenzaba el mes de febrero y el mundo del fútbol se enteraba del estado desastroso del césped del Calvo y Bascuñán a través de un reclamo que González se encargó de viralizar por sus redes sociales. Con la cancha hecha pelota y sin agua, “Nacho” sacaba a flote su liderazgo innato que tuvieron repercusiones inmediatas. Primero, con el Alcalde la ciudad, Jonathan Velásquez, quién rápidamente acusó el golpe moviendo una licitación “express” para poder contratar un servicio de mantención y así sacarse la responsabilidad de los hechos. El año 2o22 no podía haber partido peor.

Tras cuatro partidos con González como titular, el Puma cosechó un registro de 1PG- 1PE – 2PP. El DT venezolano ya mostraba debilidades en sus planteamientos y lo dejaba manifiesto aceptando la orden del “gerente deportivo” para alinear a Diego Sánchez como titular en el partido de ida por la fase preliminar de Copa Sudamericana en el Santa Laura, precisamente enfrentando a su ex equipo. Este cambio brusco de parecer dejó en la cuerda floja al DT venezolano que temblaba en la banca recién comenzada la temporada. Solamente dos semanas después donde casi fue despedido tras protagonizar una fuerte discusión con Oyarzún donde casi vuelan golpes en la previa de la segunda fecha que se jugó como local en Calama contra Deportes La Serena. Jorge Sánchez, evitando una verguenza institucional, lo bancó pero desde ese minuto, Juan Domingo Tolisano comenzó a dejar de ser el entrenador del equipo.

Diego Sánchez jugó ocho partidos de manera consecutiva. Dos partidos por la pre Copa Sudamericana, cuatro partidos de Liga Chilena y dos partidos por Fase de Grupos de Copa Sudamericana luego de que el Puma eliminara al cuadro hispano en definición a penales; 1PG – 2PE – 5PP. El equipo era un desastre. Pero las diferencias de nivel entre los arqueros era más que evidente. Más todavía en el último partido de Tolisano como DT. Derrota como visita en Curicó por dos a cero. Su despedido anticipado hizo volver por tercera vez en tres años, a Diego Reveco como interino.

Entre tanto, Diego Sánchez ya mostraba su indolencia y falta de profesionalismo faltando en muchas ocasiones a tomar su peso como control obligatorio del preparador físico de aquel entonces, Hernán Torres. También, se le acusó de hostigar y acosar a compañeros del plantel, quienes fueron maltratados verbalmente e incluso amenazados de golpes por el guardameta. Situación que explotó al interior de camarín cuando los arqueros Nicolás Araya y Juan Pablo Cisternas, denunciaron la incompatibilidad y disgusto de trabajar con un tipo tan falto de código. Esta situación le pasó factura a Ignacio González quien fue acusado injustamente de haber enviado a hablar a sus dos compañeros de puesto con el “gerente deportivo”, quien tomó ventaja de esta situación, marginando a “Nacho” algunos partidos antes de la salida de Tolisano. Esto gatilló la salida de Araya del plantel en el cual estuvo seis años sin poder debutar ni jugar un solo minuto oficial por el club de sus amores, terminando su situación contractual y yéndose a Colchagua donde hoy es capitán y figura. 

Con ese “ajuste de cuentas” por parte de Oyarzún, la pista quedó libre para “Mono” pero el despido de Tolisano, hizo que Reveco dejara en el banco a Sánchez para descomprimir un camarín incendiado por los bandos que se habían formado. González volvió a la titularidad por ocho partidos de forma consecutiva, incluyendo la remontada histórica frente a Atlético Goianiense en Copa Sudamericana como local.

El cuadro puma sumó una racha de 2PG – 2PE – 4PP. Reveco no pudo estabilizar al plantel mostrando el peor juego del campeonato en la que prácticamente el equipo no pateaba al arco rival. Y pasó lo increíble. Nuevamente llegaba la decisión desde “arriba” para darle protagonismo a Diego Sánchez, quien apareció como titular para terminar la participación copera de Antofagasta en Sudamericana logrando un triunfo histórico en su visita a Florencio Varela, derrotando a Defensa y Justicia por dos a cero. 

Fue tanto el exitismo del hincha puma que ese triunfo hizo olvidar la mala campaña y las malas relaciones adentro del plantel. Club Deportes Antofagasta terminaba con derrota la decimoquinta fecha en San Carlos de Apoquindo cayendo por uno a cero ante Universidad Católica. No había respiro. Se pedía a gritos un volantazo. La llegada de un nuevo entrenador pero con cuerpo técnico de confianza y con autonomía absoluta. Era el momento de que el presidente, Jorge Sánchez, desmantelara el modus operandi de traer entrenadores con una maleta y solamente un ayudante para facilitarte todo un cuerpo técnico de planta que siempre incluía el preparador físico, preparador de arqueros, ayudantes y cuerpo médico. Una receta añeja que tenía en el fondo al Puma sin salida. 

Era el momento de Javier Torrente. Un DT que había logrado el milagro de zafar del descenso con Everton de Viña del Mar el 2018. Entrenador con carácter y personalidad para hablarle a los jugadores. El cual en la primera charla con los arqueros, dejó claro quien iba a ser el número uno: Diego Sánchez. Un Torrente que todavía no argumenta futbolísticamente su decisión, pero que ya debería comenzar a repensar luego del bochornoso desempeño del “Mono” en El Salvador, donde intentó montar un show circense para intentar atajar un penal y regaló un palo para que le convirtieran el  gol de triunfo los locales.

La competencia por el arco Puma, ¿es una verdadera competencia? Realmente no lo sé. Uno le aplaude la capacidad que ha mostrado Torrente en menos de un mes, pero causa mucha duda que se equivoque en la elección de un puesto donde sin ir más lejos, con “Nacho” González en el arco, Club Deportes Antofagasta no descendió el 2021 de milagro. Ojalá el DT argentino pueda recapacitar. Todavía tiene tiempo. 

 

Por Marcelo Cheloi